En la Unión Europea llevan ya varios años buscando formas de reducir el consumo energético y lograr así los objetivos energéticos y climáticos de la Unión para 2030. Y parece que han dado un salto significativo con la nueva Directiva de Eficiencia Energética de la Unión Europea que han publicado en el Diario Oficial de la UE el 20 de septiembre de 2023.
En todos lados ha saltado una noticia de impacto: el fin de las calderas de gas, pero ¿qué supone esta nueva directiva? ¿Se tienen que cambiar todas las calderas de gas?
Sustitución progresiva de calderas de gas
El objetivo principal de la directiva europea es la de lograr un ahorro del 11,7 % en el consumo de energía final y primaria para el año 2030 en comparación con el escenario que se tomó de referencia en 2020. Dicho objetivo, además, se debe lograr de manera gradual. Sin embargo, el ahorro que venga de utilizar tecnología más eficiente, pero que todavía utilice combustibles fósiles, no se tendrá en consideración.
Esto quiere decir que, aunque las calderas de gas que se instalan actualmente consumen menos gas natural que otras, los gobiernos europeos se van a ver obligados a prohibir su instalación en favor de otras formas de generar calor. Dicha prohibición solo afectará a las nuevas viviendas a partir de enero de 2026.
De esta forma, poco a poco, las calderas de gas se irán sustituyendo y desapareciendo de las viviendas.
¿Qué pasa si tengo una caldera de gas en casa?
Las calderas de gas que ya estén en casa, según esta directiva, no tendrán que cambiarse. La prohibición solo afecta a las nuevas viviendas. Sin embargo, aún está por ver cómo se materializan estas directivas en España.
A lo largo del texto encontramos que la UE insta a los Estados a fomentar medidas para sustituir estos sistemas de calefacción, por lo que podría ser que, si se llega al punto de que sea necesario cambiar la caldera de gas por desgaste o avería, ya no se podrá instalar otra a partir de enero de 2026.
¿Cuál es la alternativa al fin de las calderas?
Desde la UE proponen la mejor opción para sustituir las calderas de gas: las bombas de calor. Las bombas de calor son equipos que captan energía del entorno para generar calor. Dependiendo del tipo de bomba que se instale, la energía se puede extraer del aire (aerotermia), del agua (hidrotermia) o del suelo (geotermia). Cualquiera de las tres opciones es más eficiente y no utiliza combustibles fósiles.
El funcionamiento es el siguiente: una unidad exterior, como las del aire acondicionado, capta energía del ambiente. Esta energía pasa por un gas refrigerante y se convierte en vapor. Después, un compresor comprime el gas, calentándolo. A continuación, ese calor se libera y se transfiere al depósito de agua caliente sanitaria. Al liberar calor, el gas pasa a estado líquido y pasa por un evaporador para que vuelva a iniciarse el proceso.
Inversión y ahorro de instalar bombas de calor
Es complicado dar una horquilla pequeña cuando hablamos de los precios da las bombas de calor:
- Los sistemas de aerotermia pueden oscilar desde los 600 € de un split de pared de baja potencia hasta los 8.000 y 12.000 € de un sistema completo para una vivienda unifamiliar.
- Si la instalación es de hidrotermia, puede llegar a costar hasta 12.000 €.
- El sistema geotérmico es el más caro y puede alcanzar los 25.000 €.
Según datos de la Asociación Europea de Bombas de Calor (EHPA), pese a que la inversión inicial de instalar una bomba de calor es más alta que la de una caldera de gas, al final de la vida útil de ambos equipos, la bomba de calor supone un ahorro del 30 %.
¿Tienes alguna duda? Acude a nuestro Buzón del Experto y estaremos encantados de responderte.