¿Cuál es la mejor tarifa de luz para una segunda residencia?

Tener una segunda residencia es una suerte cuando la rutina empieza a pesar. Pero para que cumpla su cometido, la segunda residencia debe evitar convertirse en fuente de quebraderos de cabeza. Una de las razones que pueden torcer el gesto de cualquiera es el de encontrar una factura de la luz demasiado alta cuando en la segunda residencia apenas se pasa tiempo. ¿Cómo evitarlo? Hay varias formas de encontrar una tarifa de luz para segunda residencia que solo te dé alegrías.

Qué debe tener una tarifa de segunda residencia

En líneas generales, se debe prestar atención a las siguientes condiciones:

El precio de la potencia

La segunda residencia se mantiene desocupada durante gran parte del año. Por tanto, también se consume poca energía. Sin embargo, a lo que sí conviene prestar atención es al precio del término de la potencia.

La potencia es un gasto fijo mensual que se debe abonar independientemente de que se consuma electricidad en la segunda vivienda o no. De hecho, el término de la potencia es un concepto que alude a la posibilidad de utilizar una cantidad de energía, y no al uso en sí.

Al contratar una tarifa de luz, el titular del contrato debe determinar cuánta potencia quiere contratar. El precio de la potencia es el resultado de multiplicar la cantidad de potencia que se quiere contratar por el término de la potencia de la tarifa elegida. En tarifas pensadas para segundas residencias se suele priorizar un término de la potencia más barato.

Qué potencia contratar para una segunda residencia

Muchas personas pueden pensar en contratar poca potencia en la segunda residencia. Sin embargo, en lugar de un ahorro, esta práctica puede salir cara principalmente por dos motivos.

En primer lugar, tener contratada poca potencia es muy incómodo. Constantemente se producirán cortes de luz y no se podrán utilizar varios electrodomésticos al mismo tiempo.

El segundo de los motivos puede ser pensar en subir la potencia contratada cuando haga falta. Es importante recordar que bajar la potencia no tiene ningún coste y es un trámite muy sencillo que se gestiona directamente con la compañía. Sin embargo, para subir la potencia, sí que hay que pagar por estos tres conceptos:

  • Derechos de extensión: 17,37 €/kW + IVA
  • Derechos de acceso: 19,70 €/kW + IVA
  • Derechos de enganche: 9,04 € + IVA

Por tanto, quizás no salga demasiado rentable subir y bajar la potencia constantemente.

Horarios discriminados

Muchas tarifas ofrecen precios diferentes según la hora del día o el momento del año. En el caso de las tarifas de segunda residencia, la discriminación horaria más habitual (con tramos valle, llano y punta) puede no ser tan interesante.

Sí que hay que prestar atención a otra forma de bonificar horarios. Cuando las segundas residencias son para pasar las vacaciones, como en zonas costeras, se suele pasar mucho tiempo fuera de casa. Si se tienen controladas las horas que se va a estar en casa, es posible tratar de aprovechar alguna tarifa que bonifique horas concretas o el tramo horario correspondiente.

Además, también hay alguna tarifa que bonifica la energía que se consume durante todo el periodo vacacional.

Descuentos y promociones

Otro elemento que nos puede hacer decantarnos por una tarifa u otra es la sinergia que crea con otros contratos. La mayoría de comercializadoras cuentan con un programa de puntos o de fidelización que anima a sus clientes a contratar otros servicios con ellos a cambios de mejores ofertas o descuentos. Tener en cuenta estas promociones puede ayudar a ahorrar decenas de euros al año.

Tarifas pensadas para segundas residencias

Aunque no todas las empresas tienen tarifas ideadas para segundas residencias, algunas de ellas sí que quieren ofrecer a los clientes una opción personalizada. Estas son las tarifas de segunda residencia más competitivas:

Tarifa Segunda Residencia de Repsol

Como refleja su nombre, Repsol tiene claro que esta tarifa es la ideal para cualquier segunda residencia. Su oferta consiste en promocionar el precio de la energía que se consuma entre el 21 de junio y el 21 de septiembre, ambos inclusive, y también el resto de fines de semana del año entre las 15:00 del viernes y las 24:00 del domingo.

El precio de la energía en horario promocionado se sitúa en 0,101334 €/kWh y en horario no promocionado en 0,202667 €/kWh. El término de la potencia es el mismo tanto para el tramo valle como para el tramo punta: 0,054521 €/kW al día en cada uno.

Junto con la tarifa, Repsol da la opción de contratar el servicio asistente 24 h con dos meses gratis y, además, poder aprovechar alguna de las ventajas de sus Planes Energía.

Plan Verano y Plan invierno de Iberdrola

Los planes Verano e Invierno de Iberdrola funcionan del mismo modo que la tarifa Segunda Residencia de Repsol. Ambos bonifican el término de la luz en un periodo concreto del año. El Plan Verano lo hace del 15 de junio al 15 de septiembre, mientras que el Plan Invierno lo hace del 1 de diciembre al 1 de marzo. Además, ambos incluyen el resto de fines de semana desde el viernes a las 15:00. Como curiosidad, no se pueden contratar ambos planes a la vez, uno en cada vivienda, sino que se debe tener otra clase de tarifa en la vivienda habitual.

El término de la potencia también es el mismo para ambas tarifas: el tramo punta se paga a 0,097233 €/kW al día, mientras que el tramo valle tiene un precio de 0,041480 €/kW al día. En el término de la energía sí hay diferencias:

  • El Plan Verano fija el término de la energía en 0,101022 €/kWh en horario bonificado y 0,222291 €/kWh cuando no está bonificado.
  • El término de la energía del Plan Invierno cuesta 0,096102 €/kWh en horario promocionado y 0,227291 €/kWh en el resto.

Otras opciones interesantes

Aunque esta tarifa no está específicamente diseñada para segundas residencias, conviene tenerla en cuenta por el siguiente motivo:

Si se suele visitar la segunda residencia a menudo, lo último que se quiere es tener que andar preocupándose por la hora del día a la que se usan los electrodomésticos. Por eso, la tarifa A tu Aire Siempre de TotalEnergies, que es de las mejores tarifas fijas del mercado, es una solución fantástica. Presenta un término de la potencia a 0,136685 €/kW al día y un término de la energía fijo a 0,089046 €/kWh. Además, TotalEnergies ofrece un descuento del 50 % en el servicio de mantenimiento FACILITA durante un año.

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Cómo optimizar el ahorro en una segunda residencia

Además de contratar una tarifa de luz adecuada, hay otras formas de ahorrar en la factura de la luz de una segunda residencia. Estos son algunos consejos:

Conocer la forma en que se consume energía

Es imprescindible conocer los patrones de consumo de nuestro hogar y tratar de tener algún patrón. De esta forma, se pueden aprovechar las horas en las que la energía es más barata, ya sea con una tarifa bonificada, discriminada o indexada.

Además, teniendo un hábito, se puede identificar fácilmente si hay algún electrodoméstico que esté consumiendo más energía de lo normal y detectar puntos de ahorro.

Evitar el consumo fantasma

El consumo fantasma es aquel que se genera de manera residual, incluso cuando los dispositivos no están encendidos. Es, por ejemplo, la pequeña corriente eléctrica que necesita un televisor para detectar la señal del mando y encenderse cuando se pulse el botón o la energía que gasta un piloto que se queda en stand-by al no desconectar completamente el aparato.

Aunque de forma aislada no supone apenas diferencia, el conjunto de todos los consumos fantasmas sí se deja notar en la factura. Por ello, cuando se vuelva a la vivienda habitual, es aconsejable desconectar los aparatos eléctricos e incluso el cuadro de la luz. No obstante, hay que prestar atención a la nevera y el congelador. Si se deja algún resto de alimento, se pudrirá y habrá que limpiarlo en la próxima visita.

Buscar la eficiencia energética

Sea en la vivienda habitual o en una segunda residencia, al buscar la eficiencia energética se conseguirá ahorrar más en la factura. Algunas de las medidas que se pueden tomar son poner el frigorífico y el congelador en modo vacaciones, con lo que mantendrán una temperatura mínima sin llegar a apagarse, o utilizar programas Eco o fríos, que son los que gastan menos energía.

Invertir en aislamiento térmico

Muchas veces, las segundas residencias suelen ser más cálidas o frías que las viviendas habituales. Esto se debe a que muchas familias no invierten lo suficiente en aislar térmicamente las viviendas. Al llegar a la casa después de mucho tiempo, habrá que invertir más energía en llegar a una temperatura que resulte cómoda y, para eso, se utilizarán aires acondicionados o el sistema de calefacción durante más tiempo del que podría ser necesario.